dimecres, 28 de desembre del 2011

Paralelismos: "Revolución francesa", "Toma la calle"

Cada vez que explico a mis alumnos la Revolución Francesa, me doy cuenta de las analogías entre la época prerrevolucionaria y la actual. Se consideraba como causa de la Revolución la tremenda desigualdad y el descontento que ésta producía, curiosamente observo que esta causa ha desaparecido de los manuales, supongo que para no dar ideas. Probablemente Hessel haya pensado lo mismo y por eso haya escrito su “Indignados”


Veamos el paralelismo:

Período anterior a la Revolución Francesa: Grupos privilegiados: Nobleza y Clero
Momento actual: Casta política y miembros de corporaciones

RF: Cambio del capitalismo comercial al industrial
Ahora: Cambio del capitalismo industrial al financiero especulativo

RF: Solo paga impuestos el Tercer Estado
Ahora: Recaen mayoritariamente sobre el trabajo

RF: Los ministro eran nobles hasta que llegó la crisis y fue nombrado Necker, banquero,"pragmático" ministro de finanzas.
Ahora: Los ministros eran políticos hasta que llegó la crisis, ahora tecnócratas, pragmáticos.

RF: Necker emprende reformas
Ahora: los tecnócratas realizan recortes

RF: Para ganar credibilidad se detalla el financiamiento de las cuentas reales
Ahora: Se hacen públicas las cuentas de la corona (crisis de instituciones en ambos casos)

RF: Trata de reducir gastos
Ahora: Austeridad.

RF: Al tercer estado no le pueden sacar más y los nobles no pagan
Ahora: Lo mismo. Se trata de sacar más a quienes menos tienen.

RF: La conflictividad sube con el precio del trigo, escasez de alimentos para los que menos tienen.
Ahora: La conflictividad sube con los recortes.

RF: Círculos esotéricos.
Ahora: Esoterismo de los mercados.

RF: El pueblo era el 96%. Concentración extrema de la riqueza.
Ahora: El lema es, somos el 99%. La desigualdad está alcanzando cotas impensables en otra época.

RF: Para mejorar la representatividad, pedían el voto por cabeza, en lugar de por estamento.
Ahora: Hay descontento con la representatividad y el sistema electoral. “No nos representan”.

RF: Corrupción, venalidad de los cargos
Ahora: Paso de políticos a corporaciones y de representantes de lobbys al gobierno.

RF. Las ideas revolucionarias surgen en Europa y llegan a EEU, plasmándose en la primera constitución.
Ahora. Los indignados surgen a orillas del Mediterráneo y en EEUU dan lugar a Ocuppy Wall Street

RF: “Engagés”
Ahora: “Indignados”

RF: Panfleto: “¿Qué es el Tercer Estado?”. Autor: Sieyes.
Ahora: Panfleto: “Indignaos”. Autor: Hessel

RF: Libros y autores que sirvieron de soporte ideólogico : Montesquieu: “El espíritu de la leyes”, Rousseau. “El contrato social”, Voltaire.
Ahora: Naomi Klein: “No logo”, “La doctrina del shock”. Barbara hendrich: “Sonríe o muere”. Viviane Forrester: Una extraña dictadura; Jean Ziegler “Los nuevos amos del mundo”, Noam Chomsky.

RF: Cuadernos de quejas (Cahiers de redoute)
Ahora: Actuable, Avaaz

RF: ¡TOMAR LA BASTILLA!
Ahora: ¡TOMA LA CALLE!

Ángeles García Portela

dijous, 8 de desembre del 2011

El BCE, el ‘lobby’ de la banca

Para qué sirve un banco central? Una de las actividades que un Banco Central realiza en un país es imprimir dinero para, entre otras cosas, comprar la deuda pública de su Estado y con ello bajar los intereses que tenga que pagar su Estado para poder vender sus bonos públicos. De esta manera, cuando los mercados financieros quieren especular sobre el precio de tales bonos públicos (promoviendo en los medios de información, con ayuda de las agencias de calificación de riesgos como Standard & Poor’s, que los estados no podrán pagar los intereses de tales bonos, forzándoles a pagar unos intereses muy altos para poder vender sus bonos –lo que se llama prima de riesgo–), entonces el banco central hace funcionar sus imprentas y produce moneda con la cual comprar su deuda pública, defendiéndola frente a la especulación. Esto es lo que hace un banco central digno de su nombre. Ni que decir tiene que hay también riesgos en imprimir mucho dinero, porque, cuando hay mucha moneda, puede incrementarse la inflación. Pero la inflación en la eurozona no es un problema. Antes al contrario, es demasiado baja, dificultando el crecimiento económico, que es el mayor problema de esta comunidad monetaria.
El problema con la deuda pública de los países de la eurozona es que sus bancos centrales no pueden imprimir dinero ni tampoco pueden comprar su deuda pública. Los estados están totalmente desprotegidos. De ahí que todos (desde Grecia hasta Alemania) tienen o tendrán problemas con su deuda pública. El único banco central que puede imprimir dinero es el Banco Central Europeo (BCE). Pero el problema con este es que no actúa como un banco central, es decir, no compra los bonos públicos de los estados miembros, ni tampoco presta dinero a los estados. El famoso artículo 123 de su reglamento lo dice muy claro. El BCE no podrá comprar deuda pública de los estados. Estos no pueden hacer nada frente a la especulación de los mercados financieros.
Los que sí pueden pedir prestado dinero al BCE son los bancos privados, y lo pueden conseguir a unos intereses bajísimos, al 1,25%. En cambio, los estados tienen que pedir prestado dinero a los bancos, pagando unos intereses elevadísimos, incluso del 7%, como es el caso de Italia (en España es el 6,5%). Este arreglo es una bonanza para los bancos privados. Consiguen dinero fácilmente del BCE y con ello compran bonos públicos que les producen una rentabilidad del 6% o del 7% de lo que compran. El BCE actúa de esta manera, privilegiando a los bancos privados sobre los estados, transformándole en un lobby de la banca.
Como consecuencia de esta situación, los estados se tienen que endeudar más y más y deben mucho dinero a los bancos privados. Y ahí está la raíz del mal llamado problema de la deuda pública, que es incluso más acentuada en aquellos países como Grecia, Portugal, Irlanda, España e Italia, que habiendo estado gobernados por las derechas por la mayoría del periodo posterior a la II Guerra Mundial, tienen estados muy pobres (sus ingresos al Estado son muy bajos: España, por ejemplo, sólo representa un 34% del PIB, frente al 44% en el promedio de la UE-15 o el 52% en el caso de Suecia), resultado de unas políticas fiscales muy regresivas y de un enorme fraude fiscal (en España se calcula que alcanza unos 65.000 millones de euros).
La deuda pública de estos estados ha ido creciendo, no porque su gasto público haya ido creciendo (como los autores neoliberales erróneamente indican), sino porque han cambiado de banco. En lugar de conseguir dinero de su propio banco central, ahora tienen que pedir prestado dinero a los bancos privados. En realidad, si pudieran pedir prestado dinero al BCE a unos intereses de 1,25% (como los bancos privados), no habría ningún problema con su deuda pública. (Ver Ellen Brown, The European Central Bank withholds relief while Rome Burns). Y ahí está la raíz del problema. Se ha diseñado un sistema en la eurozona en el que los estados dependen de la banca privada para conseguir dinero. Y esta es una realidad que el lector raramente leerá en la prensa financiera o económica.
Los bancos se forran a costa del endeudamiento de los estados. Un círculo virtuoso para la banca. Pero la situación es incluso peor que la ya descrita, pues el BCE, al romper con el espíritu del famoso artículo 123, comprando deuda pública a estados como España e Italia, ha puesto como condición que los salarios y la protección social disminuyan, acentuando la necesidad de privatizar el Estado del bienestar, tanto sus transferencias públicas como las pensiones, así como los servicios públicos como la sanidad.
Estas condiciones están escritas en una carta, no conocida por el público, que el entonces gobernador del BCE, Jean-Claude Trichet, y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, escribieron al presidente Zapatero condicionando la compra de bonos públicos del Estado español a la toma de tales medidas por parte del Estado español.
Un tanto semejante ha ocurrido con Italia. ¿Por qué hacen tal petición en su carta? En teoría, esta reducción de los salarios y de la protección social se exige para aumentar la competitividad de la economía española y salir así de la recesión. Este es el argumento neoliberal hoy en boga. Es fácil de demostrar que este argumento carece de credibilidad. Suecia es el país con salarios más elevados y con mayor protección social, y su tasa de crecimiento económico es de un 5,6%, uno de los más elevados de la Unión Europea. La explicación real es que, por una parte, el descenso de los salarios aumenta el endeudamiento de la población (lo cual es bueno para la banca) y, por otra, la privatización de las transferencias y de los servicios del Estado del bienestar son la generalización de la deseada privatización de las pensiones públicas y la privatización de la sanidad, el sueño de la banca y de las compañías aseguradoras. Y lo están consiguiendo.


Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra
(08/XII/2011 - Público)
¿Debe Amaiur tener grupo parlamentario?

dimarts, 6 de desembre del 2011

El telescopio 'Kepler' encuentra otros mil candidatos a planetas extrasolares

Uno de los posibles cuerpos tipo Tierra y situado en la llamada zona habitable (donde podría haber agua líquida) se confirma con las nuevas observaciones

Los científicos del telescopio espacial Kepler, especializado en la búsqueda de planetas en órbita de estrellas diferentes al Sol, anuncian que han encontrado otros 1.094 posibles cuerpos de este tipo, llamados candidatos, sumando ya un total de 2.326. Además, confirman que uno de los presentados anteriormente como posible planeta tipo Tierra situado en la denominada zona de habitabilidad (a una distancia de su astro en la que podría existir agua en estado líquido). La definición no debe tomarse al pie de la letra, ya que el planeta en cuestión, denominado Kepler-22b, tiene un radio 2,4 veces superior al de nuestro planeta y los científicos no saben si es predominantemente rocoso, líquido o gaseoso. Está a una distancia de la Tierra de unos 600 años luz y cumple una órbita alrededor de su astro cada 290 días. La estrella es similar al Sol, pero más pequeña y más fría. Se habían confirmado ya al menos dos pequeños planetas extrasolares en zona habitable, aunque en los márgenes, mientras que Kepler-22b está en el medio, señala la NASA.

Los científicos de la misión Kepler han presentado estos avances en una conferencia específica dedicada a los resultados de este observatorio que se celebra en el Centro Ames de la NASA. Kepler-22b es uno de los 54 candidatos a planeta en zona habitable anunciados el pasado mes de febrero. Seis de esos 54 se han descartado y Kepler-22b es el primero que se confirma. Se presentará oficialmente en la revista The Astrophysical Journal

El Kepler busca planetas extrasolares por la técnica denominada de tránsito, es decir cuando un planeta que sigue su órbita se cruza por delante de una estrella, respecto a la línea de visión desde la Tierra, y el brillo del astro disminuye ligerísimamente, como si fuera un minúsculo eclipse. El objetivo de esta misión es observar este fenómeno en 150.000 astros. A partir de los primeros datos, los astrónomos recurren a otros telescopios en tierra o en el espacio para refinar los datos y confirmar o rechazar muchos candidatos a planeta extrasolar.

La NASA informa que de los 2.326 candidatos a planeta extrasolar encontrados con el Kepler, 207 tienen aproximadamente el tamaño de la Tierra, 680 son mayores (supertierras), 1.181 son como Neptuno, 203 como Júpiter y 55, mayores.

(5/12/11 - ElPaís)

dissabte, 3 de desembre del 2011

Tres cargos de la etapa Camps imputados por los pagos a Urdangarín
ElPaís

Delors: "La eurozona fue defectuosa desde su creación"
Público.es

Detenidos en Lugo otros dos presuntos integrantes de la Resistencia Galega
La Vanguardia

Prohibido decir preservativo en la radio pública italiana
ElPaís

Herida de gravedad la líder feminista Norma Andrade en Ciudad Juárez
La Vanguardia

ENTREVISTA: LA VUELTA DE UNA PROVOCADORA
No hay escándalo que acabe con Sinéad O'Connor
La irlandesa reivindica la liberación sexual, clama contra la iglesia católica y considera "blasfemo" a Bono, cantante de U2, mientras ultima su plácido regreso al pop tras casi 15 años
ElPaís

REPORTAJE: Nuevas visiones de la historia del séptimo arte
Buñuel íntimo y en movimiento
ElPaís

dijous, 1 de desembre del 2011

Orgullo, prejuicio y eterno retorno


El estreno de la decimocuarta versión cinematográfica de 'Jane Eyre' confirma el inagotable hechizo de las historias de las hermanas Brontë o Jane Austen.

Nietzsche estaría encantado si echara un vistazo a la cartelera de los últimos años. La teoría del eterno retorno de lo mismo parece campar a sus anchas en los proyectos cinematográficos, sobre todo en lo que tratan del rescate de los clásicos. La enésima revisión de la historia de Jane Eyre, de Charlotte Brontë, llega mañana a las pantallas españolas de la mano de Cary Fukunaga (California, 1977), con Mia Wasikowska en el papel de la huérfana rebelde que no encuentra su lugar del mundo. Y en este caso, lo de enésima no suena a exageración: se trata de la decimocuarta versión cinematográfica de la historia desde aquella primera, estrenada en 1921.

Fukunaga es solo el último exponente de una tendencia constante a resucitar clásicos de la literatura inglesa en femenino que no solo afecta a Charlotte, sino también a Emily Brontë y a Jane Austen. Parecía reservada a los cineastas británicos, pero ahora se antoja más bien una pandemia global.

"Estudié historia y en cierto modo el hacer una película de época es algo que siempre me interesó. Para ese proyecto en particular quería focalizarme en los actores y no tratar de ser demasiado ambicioso, de hacer algo de corte, como lo diría... tranquilo. Jane Eyre apareció en ese momento, la película en blanco y negro era una de mis favoritas cuando era un niño y el material era maravilloso", explicaba Fukunaga en el pasado festival de Sitges.

El director tiene un castellano casi perfecto pero prefiere manejarse en inglés en las entrevistas, una medida de precaución se supone. ¿Lo más difícil? "Bueno, lo que siempre traté de evitar mientras la rodaba es que pudieran etiquetar la película, me gustaba pensar que podría funcionar a varios niveles, ser un romance sin ser un filme romántico, ser una película de época sin ser solo una película de época... sí, creo que eso fue el mayor reto y espero haberlo conseguido". Luce gafas de pasta y suéter negro, y parece un intelectual metido en el cuerpo de un gimnasta, lo que combinado con una voz de barítono le da un aspecto de director de cine poco convencional, por decirlo de alguna manera.

El californiano no tiene muchas dudas sobre las razones que impulsan a los realizadores (británicos o no) a volver una y otra vez sobre el mismo sujeto: "Es brillante, absolutamente actual y nunca pasa de moda. Creo que cuando a un director le ofrecen enfrentarse a esa clase de material es francamente difícil negarse". La vigencia de aquella literatura ha dado pie en los últimos años a filmes como Sentido y sensibilidad (cuatro adaptaciones, la última en 2008) y Orgullo y prejuicio (cinco, la última en 2005). También ha hecho que en pocos meses el público pueda contemplar no solo las nuevas aventuras de la joven Eyre sino la resurrección de otro clásico con mayúsculas, Cumbres borrascosas.

Esta vez el foco queda puesto en el empaque visual: "Me gustaba mucho la posibilidad de reinterpretar a través del paisaje que rodea a los personajes y Robbie Ryan [director de fotografía de la película, por la que recibió un galardón en la Mostra de Venecia] interpretó muy bien lo que yo buscaba: ese caos inherente a la naturaleza que de repente se convierte en belleza", decía la realizadora Andrea Arnold, gafas de sol en ristre, en un jardín de una villa veneciana a cuenta de su visión del mundo de Emily Brontë (que con la suya suma nueve versiones, eso sin contar los innumerables productos televisivos) y su particular (re)lectura visual del mismo.

Tampoco conviene olvidar la amalgama de productos que han surgido en a la literatura de las Brontë y Jane Austen y que van desde películas como From Prada to Nada (una extraña reconversión de Orgullo y prejuicio al universo hispano-parlante de Los Ángeles) o libros del estilo de Orgullo y prejuicio y zombies, ese invento que consiste en mezclar el clasicismo inglés del siglo XIX con zombis, vampiros o lo que se tercie y que también cuenta con lustrosos títulos como Jane Slayre (donde la dulce Jane es una psicópata asesina) o Sentido, sensibilidad y monstruos marinos (cuyo título es suficientemente explícito). "Que haya tantos proyectos alrededor de libros que, en algunos casos, se escribieron hace más de dos siglos demuestra que la calidad no caduca. No tengo ninguna duda de que muchos directores se acercarán a ellos en el futuro, ¿por qué no deberían hacerlo?", remata Fukunaga.

(1/12/11 - ElPaís)

"Soy anarquista poético: mi mundo no es de este reino"

[...]
¿Qué propone su anarquismo poético?

Fe en lo humano, fe en que podemos superar la estructura dominante-dominado, fe en que la ayuda mutua sea nuestra única ley y moral. ¡Basta ya eso de que las ideas estén por encima de las vidas! Todos somos compañeros. Mi patria es el mundo y mi familia es la humanidad.

Jesús Lizano, poeta místico y libertario
(28/11/11 - La Vanguardia)

dijous, 24 de novembre del 2011

"Dejo que el mundo crea que me está ganando, pero..."

Tengo 63 años. Nací en Palma y vivo en Tiana. Tengo cinco hijos de cuatro mujeres: Pauet (40), Caïm (37), Angel·led (30), Pròsper (19) y Llull (9), y cuatro nietos. Soy antisistema. Creo en Gaia, la madre Tierra. Los actuales 'indignados' son herederos de los hippies.

¿Antisistema?
La democracia es un engañabobos. Ya ni los pueblos eligen a sus gobiernos: los eligen los mercados.

¿Tiene alternativa?
Sí: el referéndum continuo. Para todas las decisiones: zonas verdes, semáforos, impuestos..., cualquier cosa.

No sé si esto sería viable.
Los ordenadores permiten referéndums on line: el Estado sería un programa informático que emitiría las decisiones emanadas de la mayoría. Y todos a acatarlas, ¡sin miedo!

Saldría aprobada la pena de muerte.
Pues a aplicarla. Pero con una buena escuela para dar una buena educación humanista.

¿Es optimista?
Estamos en plena mutación de la especie. Somos cyborg, medio biología y medio máquina... Y aún nos regimos por desfasadas filosofías y religiones... Esto cambiará.

¿Por qué?
Hoy la codicia capitalista impone un sistema inmoral que puede cargarse el planeta. Hay que establecer una nueva civilización.

Adelánteme algo.
Nos reconciliaremos con nuestra naturaleza, con nuestra biología, con el parto natural...: ¡volveremos al paraíso!

¿En qué consiste el paraíso?
En jugar. ¡Ya tenemos máquinas: que suden y sufran por nosotros! Nosotros, ¡a jugar!

¿Sigue siendo usted un hippy?
Sí.

¿Quedan muchos?
Lo son quienes se acercan a la naturaleza, rechazan la acumulación de dinero...

¿Cómo se hizo usted hippy?
Quería huir de un mundo estrecho, de padres, de la apología del trabajo, el esfuerzo...

¿Qué tiene contra el esfuerzo?
Si algo me cuesta esfuerzo, prefiero no hacerlo.

¿Y qué hizo?
Me había casado (por la Iglesia) con Mercè Pastor, y nos escapamos juntos a Formentera. Corría el año 1969, y allí probamos la sustancia de la que tanto se hablaba, el LSD...

¿Y?
Mis esquemas mentales cambiaron. Fue justo entre mis discos Dioptria 1 y Dioptria 2.

¿En qué cambió usted?
Yo antes era un artistillo... Y tras eso entendí que la realidad era más amplia y mudable de lo que creía. ¿Y si todo era sólo ilusión?

¿De qué realidad venía usted?
De una adolescencia desesperada, rebotado con todo... Había sido escolanet, boy scout... todo impregnado por la Iglesia católica.

¿Qué pasó luego?
Vivimos un año en una comuna, en una torre del Tibidabo: acabé en prisión. Cuando salí, volvimos a Formentera, a una casita de La Mola, y allí vivimos cuatro años. Nacieron nuestros hijos Pauet y Caïm...

¿Quería usted ser padre?
Sí. Buscamos el parto natural, ¡y nos amenazaban con todos los males! Con la muerte de la madre, del niño... Ni caso. Hice de comadrona, y todo bien. Sin misterio: ¡así hemos nacido durante miles de años! Ahora celebramos el 40.º aniversario de Pauet...

¿Y qué vida llevaban en Formentera?
Conectados a la naturaleza, sin horarios, sin prisas, tranquilos, viendo abrirse y cerrarse las flores cada día, viendo las olas, la luna...

¿De qué vivían?
De la Providencia.

¿Cómo se hace eso?
Sin ponerte nervioso: si faltaba dinero... siempre aparecían mil pesetas por algún rincón. Y, en la máxima penuria, me empleaba para retirar mierda de cerdo en pocilgas.

¿Qué tipo de padre quiso ser?
No creo que haya que educar a los niños. Sólo explicarles cosas, protegerlos y dejarles hacer... La sociedad querría tenerlos en una incubadora hasta la adolescencia.

Los suyos han salido músicos.
El pequeño, Llull, toca la batería prodigiosamente desde los dos años: ollas, batería clásica, batería electrónica... Llull también toca en la fiesta-espectáculo de mañana.

¿En qué consiste?
Celebramos que hace 40 años nacían en Formentera el disco Jo, la dona i el gripau y el propio Pauet, y ahora lo tocamos juntos.

¿Quiso usted cambiar el mundo?
Sí.

¿Y quién gana, el mundo o usted?
Dejo que el mundo crea que me va ganando. ¡Pero el tiempo está trabajando a mi favor!

¿Se siente libre?
Sí, aunque a veces querría serlo más: no tener dependencias emocionales, morales, éticas... Pero es una fantasía momentánea.

¿Y tener más dinero?
No es necesario: mi consejo para ser feliz es que aprendas a vivir con lo que hay, ni más ni menos. Y sin desdeñar nada, ¿eh?

¿Qué música le interesa ahora?
He oído tanta música que ya me aburre toda: hay demasiada música alrededor.

Los actuales indignados, ¿son los herederos de los hippies?
La irrealizable utopía hippy ha conducido a un descontento social... que ahora emerge: son los indignados. Quieren arreglar las cosas desde dentro del sistema: no sé, estoy expectante, aprendiendo...

¿Cómo ha vivido la que le ha caído a Gerard Quintana por El convidat?
Los ataques contra él a causa de su familia son tan vergonzosos y tristes como los que algunos lanzan contra los catalanes. Yo también participé en El convidat... y me alegro de que mi mujer se resistiera a aparecer.

Pau Riba, artista polifacético
(23/11/2011 - La Vanguardia)

dilluns, 21 de novembre del 2011


Mención especial a la victoria de Amaiur en el País Vasco y de CiU en Cataluña, y ese escañito que se han llevado tanto Compromís-Q como EUPV-EV en Valencia.

diumenge, 20 de novembre del 2011

No voto

Me rindo, no voto por correo

Hasta el verano próximo residiré en Finlandia como EVS (European Voluntary Service); en España las oportunidades para una recién diplomada en Magisterio son escasas y decidí aprender inglés. Nada más llegar me entero de que el PSOE ha tenido la delicadeza de adelantar elecciones a noviembre. Me pongo manos a la obra para enviar mi voto por correo y emprendo la odisea en Internet para ello. Finalmente lo encuentro: hay que ir a la Embajada, pedir los sobres pertinentes, que te los manden y, entonces, reenviarlos tú. La Embajada está en Helsinki, a 312 kilómetros de donde resido. Me rindo. No voto. Partido minoritario perjudicado. ¡Viva el sistema electoral español!

(M. R. F.. 17.09.2011 - 20minutos)

dimarts, 8 de novembre del 2011


Besitos para Berlusconi, que por fin se va.
¡No se le echará en falta, Cavaliere!

...

Crítica del debate

Éste es el primer debate que se valoraba como si fuera el resultado oficial de las elecciones. En tal sentido, creo que han ganado los dos, cada uno desde su posición ideológica. Mejor dicho, pienso que nada cambia y Rajoy vencerá en las elecciones por muy amplio margen, pero pienso también que ha ganado Rubalcaba puesto que, a mi entender, ha dejado seriamente erosionado a Rajoy por sus insuficiencias patentes. Pero los españoles quieren, con criterios inalterables, el cambio de Gobierno.

Dicho eso, no sé por qué Rajoy ha acudido personalmente; hubiera bastado con enviar a un secretario que leyese todo lo que Rajoy leyó, o sea, todo. O enviar a Perogrullo: ¡Hay que crear empleo!, ha sido su frase. ¡Claro! Pero no ha dicho cómo.

Rubalcaba fue mucho más preciso y le hizo varias preguntas concretas referidas a la prestación por desempleo, la privatización de la sanidad y la educación, la reforma laboral o la negociación de salarios de las pymes directamente con la empresa, cuestiones básicas a ninguna de las cuales supo contestar el señor Rajoy.

Rubalcaba debería haber hecho alguna alusión al 15-M.

Pero ya saben que yo no soy objetivo. De modo que no me hagan caso. De todos modos, ya saben: hay que crear empleo.

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La gota del día: ¿Ha cambiado su voto alguno de ustedes o algún indeciso ha decidido votar?

Arturo González

(08/11/11 - Público)

¿Cine para minorías? "Hago cine, sin más. Ni para críticos, ni para minorías. Aunque una democracia no es tal si no hay oferta para minorías", afirma, lamentando que no exista en España una cultura cinematográfica variada, no sólo ceñida al mainstream. "En Francia hay un vídeo en cada colegio y los niños ven películas francesas y no francesas de todas las épocas. Aquí no. La cultura se mira con desconfianza. Es parte de la herencia del franquismo. La cultura está mal vista", afirma Morais, que defiende un cine "como herramienta de conocimiento" y no sólo como evasión.

Alberto Morais
(08/11/11 - Público)

diumenge, 6 de novembre del 2011

Buenafuente i Punset a TV3


Com va la vida? Sabem disfrutar-la, amb tot el que està caient? És possible la felicitat en el segle XXI? Estem perdent els valors o simplement canviant-los? Per què ens costa veure la llum... i per què és tan cara?

Andreu Buenafuente analitzarà amb Eduard Punset les claus per afrontar aquests temps convulsos que estem vivint. En dos programes especials que s’emetran la primera quinzena de novembre, intentaran resoldre els grans dubtes de la condició humana davant els problemes de la vida i repassaran les pors i les fortaleses del cervell i les maneres d’actuar per passar-ho millor, en clau científica i sense perdre l’humor.

dijous, 3 de novembre del 2011

Los obispos vuelven a sugerir el voto para el PP

La Conferencia Episcopal Española ha hecho un llamamiento a los electores, ante los comicios generales del 20 de noviembre, para que no apoyen las opciones de partidos políticos que defienden el aborto, la eutanasia o el matrimonio homosexual.

Tras la aprobación el pasado 21 de octubre por parte del Episcopado de un documento con motivo de las elecciones, el portavoz de los obispos, Juan Antonio Martínez Camino, alertó una vez más del "peligro" que suponen "determinadas opciones legislativas que no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, o que incluso llegan a tratar como un derecho lo que en realidad constituye un atentado contra el derecho a la vida".

Martínez Camino recomendó igualmente en aquella rueda de prensa no votar a partidos que apoyan ordenamientos legales "que no reconocen al matrimonio en su ser propio y específico, en cuanto unión firme de un varón y una mujer ordenada al bien de los esposos y de los hijos".

La Conferencia Episcopal destacó la necesidad de promover nuevas leyes que reconozcan y tutelen mejor "el derecho de todos a la vida, así como el derecho de los españoles a ser tratados por la ley específicamente como esposo y esposa , en un matrimonio estable que no quede a disposición de la voluntad de las partes ni menos aún de una sola" de ellas.

Respecto a la crisis económica, los obispos consideran que ésta reclama políticas sociales y económicas responsables y promotoras de la dignidad de las personas, que propicien el trabajo para todos.

"Son necesarias políticas que favorezcan la libre iniciativa social en la producción y que incentiven el trabajo bien hecho, así como una justa distribución de las rentas; que corrijan los errores y desvíos cometidos en la Administración de la hacienda pública y en las finanzas, y que atiendan a las necesidades de los más vulnerables, como son los ancianos, los enfermos y los inmigrantes", precisaron en el texto.

Insisten en una sociedad sin terorrismo

Por otro lado, la Conferencia Episcopal indicó que "una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, dado que el terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión justa y razonable de la vida".

(3/11/11 - Público)

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No sé yo si 'sugerir' es la palabra más adecuada...

Y yo sí que pido al Señor de la paz y a su santísima Madre que iluminen a los que van a votar, para hacerlo de manera verdaderamente libre y responsable.
Resulta, cuando menos, irónico que esté hablando precisamente el Episcopado de libertad. Lo digo por frasecitas como "[matrimonio] unión firme de un varón y una mujer ordenada al bien de los esposos y de los hijos" y el intento de aniquilación del aborto o de la eutanasia, que se basan en una libertad de elección, así como el propio hecho de que haya publicado un comunicado como "orientación a los católicos".

En fin, cositas sin importancia.

dimecres, 2 de novembre del 2011

Educació pública

Los partidos más minoritarios se rebelan contra la reforma electoral

Dieciséis partidos de muy diverso pelaje político han firmado un manifiesto de denuncia tras ver excluida parte de sus candidaturas al 20N debido a la reforma de la Ley Electoral, que obliga a reunir avales de un 0,1% del censo a las formaciones sin representación parlamentaria.

Desde el Partido Humanista o Los Verdes hasta La Falange Española de las JONS, las variadas firmas de este manifiesto aseguran que la reforma de la ley supone "un atentado y un golpe a la democracia".

Estos partidos subrayan que la unidad ante este manifiesto de organizaciones tan distintas "subraya la importancia de la denuncia", aunque niegan que vayan a constituir una plataforma.

El portavoz de UCE, Joan Cuñat, ha señalado que el acuerdo de los 16 firmantes responde a que todos ellos consideran que "está en juego la democracia" y ha avanzado que las actividades conjuntas que puedan derivarse de aquí en adelante se harán bajo la denominación "Manifiesto en defensa del pluralismo político".

Por su parte, el portavoz del Partido Pirata, Daniel Riaño, tras leer el manifiesto, ha informado de que la mayoría de los presentes habían recurrido ante las juntas provinciales, con "resultados contradictorios" de una provincia a otra, y también ante el Constitucional.

Una ley polémica

El manifiesto desgrana cómo la reforma del artículo 169 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, que obliga a los partidos sin representación a recoge el aval del 0,1 por ciento del censo de cada provincia por la que se presenta, "exige recoger alrededor de 40.000 firmas en menos de 20 días, lo que supone invertir como mínimo 3.300 horas para recoger avales, a razón de dos mil firmas diarias mientras los grandes partidos preparan la campaña".

Los firmantes han coincidido en que el manifiesto es una "llamada de atención" sobre la regresión de los derechos políticos y también han subrayado ser conscientes de que esta petición no finaliza el 20N sino que pretende "ir más allá" para que la práctica de recogida de avales no se exija en futuras elecciones.

El manifiesto ha sido firmado por las siguientes 16 organizaciones políticas: Ciudadanos de Centro Democrático, Demos el Cambio, El Centro, Escaños en Blanco, Falange Española de las JONS, Hartos.org, Izquierda Republicana, Los Verdes Grupo Verde, Mayoría Democrática, Partido Abre tus Ojos, Partido de Internet, Partido Humanista, Partido SAIn, Partit Republicá d'Esquerra, Pirata y Unificación Comunista de España (UCE).

(2/11/11 - Público)

El manual de la buena vida

Sencilla en su complejidad como ocurre siempre en la arquitectura nórdica; alzada sobre el mar; inmersa en un inmaculado parque de adoquines sembrado de violetas en el que cuando surge un despistado rayo de sol brota una marea de bebés y pensionistas en atuendo deportivo; con nueve siglos de historia, la catedral luterana de Stavanger, en la costa suroeste de Noruega, está considerada la más antigua del país. Su interior, mudo, pulcro, sobrio, sin imágenes, en el que las viejas tablas del suelo crujen bajo los pasos de los fieles, es el mejor reflejo del frugal estilo escandinavo de interpretar la vida, donde el lujo y el alarde son un pecado cívico y moral. El negro y el gris son los colores de este país: de su cielo gran parte del año; del salvaje mar del Norte; de la discreta ropa de su gente; de las rancheras suecas y alemanas; de las calles de Oslo. El negro y el gris mimetizan a los noruegos con su entorno, los uniformizan y hacen que sea difícil detectar la diferencia de clases. "No pienses que eres especial", rezaba la filosofía igualitarista del país.

Este centenario templo de Stavanger encierra otra metáfora del alma de Noruega. No tiene rígidos bancos corridos de madera como en las iglesias católicas donde los devotos se amontonan codo con codo. Aquí cada fiel ocupa una amplia e idéntica silla individual de asiento mullido con un pequeño espacio para que descanse el breviario sin molestar al vecino. Cada silla es una isla. No hay contacto físico entre los devotos. Si la vista desciende un poco, se percibe que todas están unidas con abrazaderas metálicas. Cada silla ocupa su propio espacio, pero es imposible separarla de su fila.

Juntos, pero no revueltos. Así son los noruegos. Un pueblo que, más allá de la riqueza que le proporciona el mar, sus bosques y el petróleo, ha basado su éxito económico y social en reconciliar su individualismo, herencia de un pasado de pescadores y campesinos aislados en cabañas de madera y en contacto íntimo con una naturaleza bella y dura; pobres, libres, puritanos y autosuficientes, con el extremo opuesto: con un profundo sentido comunitario que apuesta por el bien de todos, la igualdad, la solidaridad y, sobre todo, la confianza en el Estado niñera, que se ocupa sin grietas aparentes del bienestar de sus ciudadanos a través de las más generosas y antidiscriminatorias prestaciones sociales del planeta. Al tiempo, regula extensas parcelas de la vida de los noruegos (su educación, salud, pensiones, relaciones laborales y distribución de la riqueza) sin que a nadie parezca molestarle.

En Noruega, el servicio militar es obligatorio, y el 95% de las escuelas, públicas. El IVA alcanza el 25%. El petróleo es de propiedad estatal. Y los buenos estudiantes reciben generosos préstamos del Estado para matricularse en las mejores universidades del mundo. El Estado controla hasta el consumo de alcohol, cuyo monopolio ostenta a través de la red de tiendas Vinmonopolet, únicos comercios en Noruega donde se pueden comprar licores de más de 4,75 grados a un precio hasta tres veces más caro que en España. Una de las aficiones favoritas de los noruegos es saquear de bebidas alcohólicas y cartones de cigarrillos los anaqueles de las tiendas libres de impuestos de los aeropuertos en cuanto salen de su país. Una botella de whisky es un regalo siempre bien recibido en un hogar noruego. Sus anfitriones le acogerán descalzos, risueños, rodeados de niños, con una tarta casera y expresándose en un inglés perfecto.

Al mismo tiempo que el sueño igualitario del Estado de bienestar, acuñado tras la II Guerra Mundial y que ha estructurado desde entonces la convivencia en Europa (con partidos democristianos o socialdemócratas en el poder) se pone en cuestión ante el avance del neoliberalismo y por la crisis financiera, Noruega, una de las inventoras del sistema del bienestar, lucha por continuar en esa dirección; está en su ADN; navega por libre, como hace mil años, cuando sus antepasados vikingos se lanzaban al mar a tumba abierta en sus drakkar hacia Reino Unido, América (aún sin descubrir) y Bizancio. Noruega no ceja. Representa una equilibrada mezcla de capitalismo y colectivismo. De mercado y planificación, idealismo y realismo, neutralidad y afán de influencia, ingenuidad y estrategia. La cuestión es dar para recibir. "Soy generoso con mis impuestos porque el Estado es generoso conmigo". Un contrato entre la comunidad y el individuo que dura hasta la muerte. "Somos ciudadanos libres e iguales en la misma dirección", me dirá un sindicalista. En Noruega tiene más responsabilidad el que más tiene. Y no es difícil saber quién es. La información sobre los ingresos de cada ciudadano es pública a través de Internet.

Noruega camina discreta y sin aspavientos por esa tercera vía que le ha convertido en una potencia silenciosa; un próspero Estado ni emergente ni emergido que ocupa desde hace 30 años la primera posición en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. Sus niveles de desempleo son anecdóticos; su renta por habitante, la mayor del planeta; su crecimiento, tras tres ejercicios titubeantes, se acercará este año al 3%; su deuda soberana es la más sólida del planeta, y tiene una completa paridad de género por ley tanto en el sector público como en el privado. Arnie Hole, directora general de Infancia, Igualdad e Inclusión Social, nos confirma que su ministerio tiene un presupuesto de 5.000 millones de euros (mil euros por habitante) "más que la suma de los ministerios de Pesca, Agricultura y Cultura juntos". El Estado de bienestar llega hasta el diseño y la arquitectura, que, según regula el Gobierno, debe "elegir soluciones ecológicas y energéticamente sostenibles, ser de buena calidad, promovida por el conocimiento y la competencia y visible internacionalmente". El Estado se reserva el papel de "salvaguardar el entorno cultural y velar por la herencia arquitectónica". Es una declaración de principios. Cuando pregunto a Andreas Vaa Bermann, arquitecto y director de la Fundación para la Promoción de la Arquitectura Nórdica, cuál es el objetivo del diseño en este país, contesta como un relámpago: "Mejorar la vida de la gente".

Noruega no se parece a nada; tampoco al resto de los Estados nórdicos, bajo cuyo yugo transcurrió parte de su historia. Los noruegos aún arrastran cierto complejo de inferioridad hacia sus vecinos. Aliviado en las últimas décadas por el bálsamo de los petrodólares. Hasta los años setenta, Noruega era el hermanito pequeño de Escandinavia. Unos campesinos aislados. "Lo que más deseaba un noruego era tener un Volvo con un chófer sueco", explica una profesora de la capital. "En parte lo hemos logrado; todos los camareros de Oslo son suecos; cobran más que en su país (no menos de 2.000 euros), y son más mundanos que nosotros".

Los noruegos no fueron tan cosmopolitas como los daneses ni tuvieron la tradición industrial y militar de los suecos; no tuvieron colonias ni participaron en guerras. En torno a esas pacíficas señas de identidad, Noruega iría acuñando una marcapaís de Estado frío, fiable y eficaz. Gracias a esa imagen ha conseguido una influencia internacional superior a su peso real. Noruega se ha convertido en el donante más generoso en cooperación internacional y un eficaz actor en la resolución de conflictos internacionales, como ocurrió en 1993 con los Acuerdos de Oslo, entre Arafat y Rabin con Bill Clinton de testigo, que se negociaron en secreto en la sede del FAFO, un think tank socialdemócrata. O, más recientemente, con la ex primera ministra laborista Gro Harlem Brundtland, muy activa en el proceso de paz del País Vasco.

Noruega ha seguido siempre su camino. En los mismos días en que estallaban los totalitarismos en Europa a comienzos del siglo XX, abolía la pena de muerte y se convertía en la sede del Nobel de la Paz. El primer rey del nuevo Estado, Haakon VII, exigió antes de ocupar el trono un referéndum para que el pueblo dijera si le quería; ganó; cuando tuvo que nombrar en los años veinte un primer ministro de izquierdas, profirió una frase que su pueblo recuerda con orgullo: "Soy también el rey de los comunistas".

El mar se convirtió pronto en su motor industrial gracias a la pesca y el transporte marítimo, unido a la generación de electricidad debido al gran caudal de agua dulce del país. Los noruegos se especializaron en diseñar barcos capaces de afrontar las peores condiciones y en la construcción de obras públicas. Viajar por la irregular y bellísima geografía del país supone atravesar decenas de estilizados puentes inmersos en la naturaleza, túneles interminables y navegar en sofisticados ferries sólidos como rompehielos. Ese dominio de la ingeniería le resultaría esencial cuando descubriera petróleo como embrión para desarrollar una industria nacional y no echarse en los brazos de las multinacionales. Hoy, Noruega, además de crudo, exporta conocimiento e innovación.

Su camino ha sido diferente al del resto de los países nórdicos. Para empezar, los noruegos optaron en dos referendos, en los años setenta y noventa, por dar la espalda a la Unión Europea (a la que sí pertenecen Finlandia, Suecia y Dinamarca). Ellos dicen que fue para salvaguardar sus cuotas de pesca y agricultura; lo que realmente querían defender era una soberanía nacional que no habían conseguido hasta zafarse en 1905 de Suecia en un pulso que ganaron sin pegar un tiro. Noruega es un pueblo viejo, pero un Estado joven. Empapado de romanticismo nacionalista. Celoso de sus tradiciones. A la primera de cambio, sus habitantes se lanzan a la calle ataviados con trajes regionales y la bandera nacional ondeando en la mano.

Dentro de esa línea de reafirmación nacional, los noruegos han defendido con ardor su modelo de sociedad frente a las instituciones europeas. Están, pero no están. No son miembros de la Unión Europea, pero forman parte del Espacio Económico Europeo. Han vuelto a poner en valor su particular visión de la sociedad y ese camino les ha mantenido a salvo de la recesión y los estertores del Estado de bienestar. La riqueza petrolera que engrasa toda la economía del país les hace reafirmarse en esa tercera vía; les proporciona 200.000 empleos y la mitad de sus exportaciones. Y un papel global: Noruega ya es el segundo exportador de gas y el tercero de crudo a nivel planetario.

No quieren cambiar. No lograron hacerlo los nazis a lo largo de una cruel invasión y administración del país durante cinco años a través del gobierno de un noruego títere (que hoy ningún noruego quiere recordar); ni los soviéticos, que les liberaron de Hitler para retirar a continuación su ejército sin exigir nada a cambio. Noruega, que tiene frontera con Rusia, fue el único Estado que Stalin no absorbió tras ocuparlo militarmente. Sin embargo, en 1948, un Gobierno de izquierdas anclaba la seguridad de Noruega a Occidente ingresando en la OTAN. Demostraban que su especialidad era navegar por aguas turbulentas. "Estar en la OTAN era una cuestión de subsistencia como país", explica un diplomático. "Teníamos a la URSS sobre nuestras cabezas y necesitábamos sentirnos seguros y dedicarnos a reconstruir el país, que estaba destrozado tras la guerra y con un 30% de desempleo. Estábamos con Estados Unidos en la Alianza, pero al tiempo nos negábamos a que la España de Franco entrara en la ONU. Teníamos una economía muy regulada y dirigida por el Estado. Éramos muy rojos".

Noruega representa un modelo irrepetible de sociedad nacido del aislamiento de una población escasa (cinco millones en un territorio con un tamaño de más de la mitad del de España) y homogénea en raza, cultura, religión y forma de vida (en los años setenta, un 94% de los ciudadanos eran de origen noruego, y un 86%, de religión protestante), cohesionada a través de un pasado de opresión por parte de sus vecinos y con una gran riqueza en recursos naturales. Con ese escenario uniforme y la omnipresencia del Estado, que regulaba las relaciones laborales y se aseguraba de que antes que una ley llegara al Parlamento hubiera consenso entre las fuerzas políticas, el progreso no se hizo esperar. El modelo funcionó en Noruega mucho antes de encontrar petróleo. El problema llegaría a partir de los noventa con la avalancha de inmigrantes que iba a desequilibrar esa eficiente sociedad monocolor. Hoy, con un 12% de población de origen extranjero, la tradicional confianza del noruego hacia sus vecinos se ha comenzado a agrietar; las formaciones xenófobas, a crecer (como en el resto de países nórdicos), y el Estado de bienestar, a sufrir conmociones que no estaban previstas.

La iglesia luterana (la oficial en este país) hizo también su aportación a ese cóctel social que hoy se etiqueta como modelo noruego: su sentido frugal e igualitario de la vida inspirado en el trabajo duro y la responsabilidad. La comunidad protestante asumía un doble papel de solidaridad y de control del individuo. Una función que después adoptaría el Estado. La ética del trabajo tiene mucho que ver con el milagro noruego. Sus habitantes son profundamente competitivos, trabajan desde jóvenes y vuelan pronto del hogar paterno; a cambio, saben que cuentan con el colchón del Estado si vienen mal dadas. Los noruegos se necesitan. Todos deben trabajar. Todos tienen que ganar mucho dinero, pagar muchos impuestos y gastar mucho (en un país donde una cerveza cuesta diez euros). El pleno empleo es la espina dorsal del modelo. Trabajas y pagas impuestos para costear la educación de los jóvenes y las pensiones de los viejos, al igual que esos viejos financiaron con sus impuestos tu educación y esos jóvenes pagarán tus pensiones en el futuro. El sistema se basa en el empleo y la confianza. Los noruegos se consideran ciudadanos iguales que marchan en la misma dirección. Sin distinción entre hombres y mujeres. Todos deben trabajar desde jóvenes: hombres, mujeres e inmigrantes. Ganar lo mismo. Y pagar impuestos. Lo confirma la directora general de Igualdad, Arnie Hole: "La igualdad tiene un componente moral, pero el principal motivo es económico. Una economía moderna y competitiva necesita las mejores cabezas y manos sin mirar de qué raza o sexo son. No podemos permitirnos el lujo de perder los mejores talentos. Y no se trata solo de fijar cuotas, estas deben ir acompañadas de políticas sociales para reconciliar el trabajo y la vida familiar. Tenemos que apoyar a las mujeres; si no, el desafío por alcanzar las posiciones más altas de su profesión será todavía demasiado alto para ellas y los niños no nacerán. Y los niños deben nacer porque son una inversión de futuro. Ninguna mujer en Noruega debe ser forzada a elegir entre su familia y su carrera. Ese es aquí un valor básico. Hemos creado 10.000 guarderías; las mujeres pueden coger un año de permiso maternal con el 80% del sueldo (o 10 meses con el 100%), y los hombres, 12 semanas. Hemos conseguido que el 80% de las mujeres trabajen y, al mismo tiempo, que el 82% tengan hijos menores de 10 años. Ese es nuestro futuro".

A partir de esos elementos, los noruegos han construido una sociedad donde la distancia que separa a los ricos de los pobres es pequeña. Están convencidos de que la desigualdad es corrosiva y corrompe a las sociedades. Algunos dicen que Noruega es el último Estado socialista de Europa. La sede del Partido Laborista, inspirador del modelo noruego desde los años treinta, en el número 2 de la Youngstorget de Oslo, parece confirmarlo con su estilo arquitectónico limítrofe con el realismo soviético. Como en Noruega casi todo encierra una paradoja, en el entorno de la simbólica sede de la izquierda noruega se da cita la juventud dorada noruega en los restaurantes de moda.

¿Es Noruega el último Estado socialista de Europa? Ante la pregunta, el ministro de Finanzas, el laborista Sigbjørn Johnsen, sonríe y pasa a otro tema. Al final de la entrevista, su director de comunicación pone las cosas en su sitio con gesto helado: "Socialistas, sí, pero democráticos".

Recorriendo los pasillos art nouveau del edificio del Gobierno hasta llegar a la oficina de Johnsen, las ventanas del ministerio aparecen rotas y cubiertas por placas de contrachapado. Las puertas están fuera de sus marcos. La del despacho del ministro tiene un boquete en el centro. Todo el barrio gubernamental se encuentra en las mismas condiciones. Cercado y en obras. Atravesado por andamios. Estamos en la zona cero de Oslo. Los destrozos son resultado de la bomba colocada por el ultraderechista Anders Breivik el pasado 22 de julio; a consecuencia de la explosión, fallecieron ocho personas; a continuación, Breivik acabó a tiros con la vida de 69 jóvenes simpatizantes del Partido Laborista en la isla de Utøya. Suponía la mayor conmoción sufrida por este país desde la II Guerra Mundial. Hoy, sin embargo, los ciudadanos parecen decididos a olvidar la tragedia; algunos claveles marchitos sujetos a las vallas son el único rastro de aquellos terribles días de julio. Los noruegos están decididos a no variar su estilo de vida. En el barrio, la presencia policial es mínima y es posible acceder a algunos edificios oficiales sin pasar por un arco de seguridad. Se pueden pasar días en Oslo sin cruzarse con un policía. El ministro de Finanzas conjura la tragedia terrorista afirmando que los cimientos de la sociedad noruega siguen siendo el diálogo y el consenso. "Nadie va a acabar con eso. No vamos a cambiar. No vamos a quedarnos en casa. Ha sido un hecho terrible, pero aislado". Es la misma respuesta orgullosa que darán la mayoría de los noruegos a los que interrogo sobre las consecuencias del atentado del ultraderechista Breivik: "¡No vamos a cambiar!". Si se le pregunta al ministro si lleva escolta, responde con un guiño: "A veces sí y a veces no...".

Hasta el 23 de diciembre de 1969 Noruega creció gracias al sudor de sus ciudadanos. Ese día encontraron petróleo. Nadie lo esperaba. Lo llamaron "El regalo de Navidad del 69". Dos años más tarde comenzaba la producción. Los noruegos no sabían nada de petróleo. Aprendieron. La gestión de su riqueza petrolera es considerada un éxito económico y social. En tres décadas, Noruega se ha convertido en un país petrolero que da empleo a 200.000 personas, con una tecnología avanzada y que opera en cuarenta países del mundo. En Noruega, la riqueza del oro negro ha alcanzado a toda la sociedad. Lo confirma el sociólogo Jon Eric Dolvik: "Integrar en la economía doméstica noruega la economía del petróleo; lograr que repercutiera positivamente en la gente corriente y, al tiempo, fuera un negocio global, ha sido para nosotros un logro brutal; el petróleo se ha convertido en una gran fuerza productiva, en una bendición".

El objetivo del Estado noruego ha sido obtener el máximo valor económico del sector en su conjunto en comparación con lo que podría obtener por la simple venta del gas y el petróleo. Nada más descubrir crudo, el Gobierno noruego redactó los diez mandamientos del sector, que decían que el petróleo era propiedad de los noruegos; que el Gobierno tendría el control y la gestión de las operaciones; que el país necesitaba crear una industria propia; que el sector debía ser respetuoso con el medio ambiente y que ese descubrimiento debía proporcionar a Noruega un papel eminente en política exterior. Los mandamientos se han cumplido.

Noruega podía haberse convertido en un Estado holgazán, corrupto y opaco que sobornara a sus ciudadanos con bajos impuestos para comprar su silencio ante el despilfarro, el nepotismo y la falta de transparencia estatales en la gestión de los ingresos del oro negro, como había ocurrido en otros países productores, como las monarquías del Golfo, Irán, el Irak de Sadam, la Libia de Gadafi, la Venezuela de Chávez o la Rusia de Putin. Noruega eligió su camino. En cuanto los petrodólares comenzaron a fluir a finales de los ochenta, un Gobierno laborista creó el Fondo Gubernamental de Pensiones (más conocido como Fondo del Petróleo), donde serían depositados los ingresos y beneficios públicos del petróleo para ser invertidos en los mercados de todo el mundo (según un riguroso esquema ético de inversiones que proscribe a las empresas tabaqueras, nucleares, armamentistas y que emplean a población infantil). Con los beneficios del fondo se pagarían las pensiones de los noruegos cuando el petróleo dejara de fluir. Solo un 4% de los beneficios podría ir cada año a las arcas públicas para equilibrar el presupuesto del Estado. El resto, a la hucha común pensando en el Estado de bienestar de las generaciones venideras. "Eso es sostenibilidad real", afirma un alto funcionario.

El edificio del Banco de Noruega, el envoltorio de hormigón y cristal que aloja el Fondo del Petróleo, es el más bunkerizado de este país. Enfrente se encuentra el restaurante en el que trabajaba de camarera Mette-Marit Tjessem antes de convertirse en princesa. Para acceder al Fondo del Petróleo hay que atravesar un estrecho control de armas a través de una sofisticada y claustrofóbica cápsula; en una sala de contratación con el aire frenético de Wall Street, Dag Dyrdal, director de Estrategia, explica que el noruego es el primer fondo de pensiones público del mundo con 400.000 millones de euros en activos; tiene inversiones en 10.000 compañías y oficinas en Nueva York, Shanghái, Londres y Singapur. "Somos transparentes, fiables y miramos el mundo a largo plazo. Este fondo es el resultado de una sociedad democrática, abierta y responsable. Pensamos en perspectivas más largas que una legislatura. Esto no es de un partido o de otro". Lo confirma el ministro Johnsen: "El día que el petróleo decline, habremos sido capaces de construir algo para reemplazarlo".

Kårstø, la mayor planta de procesamiento y distribución de gas natural del mundo, situada en un entorno paradisiaco en la costa oeste del país y propiedad de la empresa pública Statoil, escenifica el poderío noruego. Un ingeniero de la compañía disfruta mostrándonos una bruñida tubería de un metro de diámetro que transporta gas a 12 millones de hogares en Alemania. "Ellos nos invadieron en la guerra y ahora nosotros les invadimos de forma pacífica. Somos un socio fiable, un país estable; todos quieren nuestro gas; compárenos con la rusa Gazprom o la argelina Sonatrach...".

Noruega se hizo muy rica. Y comenzó a atraer inmigración. Los noruegos, que habían emigrado históricamente, sobre todo a Estados Unidos, se convirtieron de la noche a la mañana en un país de acogida. Cuando se inició el boom del petróleo había en Noruega un 1,3% de inmigrantes; en 2000, un 5,5%; en 2009, un 8,8%. Este año, en torno al 13%. Primero fueron los nórdicos; luego, los latinoamericanos; más tarde, los balcánicos y centroeuropeos. Los últimos en llegar fueron los paquistaníes, iraquíes, somalíes y afganos. Con sus velos, chilabas, mezquitas y tradiciones. 200.000 personas de religión musulmana viven en Noruega. Un cambio que es evidente en el viejo barrio de Gronland, en Oslo, una ciudad en la que el 28% de los habitantes ya son de origen extranjero. Un shock de diversidad que nadie esperaba en este país uniforme que está suponiendo, según el sociólogo Jon Eric Dolvik, "el mayor reto al que nos hemos enfrentado. Necesitamos a los inmigrantes como fuerza de trabajo porque nuestra sociedad está cada vez más envejecida y, al mismo tiempo, aunque somos igualitaristas, nos cuesta aceptar comportamientos distintos a los nuestros. No somos una sociedad inclusiva; no es un problema religioso, sino cultural. Nos gusta como somos y no queremos cambiar. Tenemos miedo; nos ha ido muy bien y no sabemos si podremos mantener nuestro modelo con esa nueva población. Es urgente que integremos a la segunda generación de inmigrantes que han nacido aquí; que se formen y consigan buenos empleos. Deben trabajar y pagar impuestos para que continúe el Estado de bienestar. Somos interdependientes. Nos necesitamos".

La llegada del tsunami multicultural iba a tener una consecuencia inmediata en amplios sectores de la clase trabajadora noruega que habían votado tradicionalmente a la izquierda: iban a perder la confianza en el Estado. Por primera vez en su historia, cientos de miles de ciudadanos noruegos pensaron que esos inmigrantes que se cobijaban bajo el paraguas social noruego, que eran albergados en viviendas públicas, recibían 1.200 euros al mes por asistir a las clases de introducción en la lengua y cultura noruega y otros 700 por cada hijo, que se beneficiaban de sus guarderías, educación y sanidad, se estaban aprovechando de su generosidad. "Hasta ese momento, los noruegos éramos solidarios. Con la llegada de los inmigrantes, se empezó a extender la idea de que pagábamos mucho para que se beneficiaran esos extranjeros que no venían a trabajar, sino a vivir del cuento", explica una profesora universitaria. El resultado fue el rápido crecimiento, a partir de 1997, del Partido del Progreso, una formación en la que se mezclan el ultraliberalismo con el nacionalismo y la xenofobia y que comenzó a hablar en sus mítines de "una islamización silenciosa de Noruega" a la que "había que poner freno". El Partido del Progreso apostaba por un modelo noruego solo para los noruegos. Una sociedad a dos velocidades. Obtendría en las elecciones de 2009 un 23% de los votos, convirtiéndose en la segunda formación política tras los laboristas. La olla comenzaba a hervir. Anders Breivik, el asesino del 22 de julio, militó en ese partido. Tras el atentado, el Partido del Progreso perdería 10 puntos en las elecciones locales del pasado mes de septiembre, lo que parece que anticipa su decadencia. En cualquier caso, los líderes de opinión noruegos intentan conjurar la inquietante sombra del Partido del Progreso resaltando con displicencia la fortaleza del sistema noruego y resaltando que el Partido del Progreso "es democrático, y si quiere tener expectativas de gobernar debe estar dentro del sistema y asumir sus responsabilidades". "No vamos a cambiar", repiten. Es su obsesión. En Noruega se detecta incluso un alivio generalizado por que el asesino del 22 de julio fuera un noruego y no un inmigrante musulmán. Lo confirma un profesor en Oslo: "Dentro de la tragedia, tenemos que agradecer al destino que el terrorista fuera alguien de aquí y no un paquistaní de Al Qaeda. Si hubiera ocurrido eso, el sistema noruego, que se basa en la confianza, hubiera saltado por los aires. La sociedad se hubiera partido en dos. Al pensar que ha sido un noruego solo, loco, aislado, y que algo así no va a volver a pasarnos, y que, por tanto, no vamos a colocar un policía en cada esquina, estamos poniendo a buen recaudo nuestro modelo con vistas al futuro. Pero, lo queramos o no, la inmigración es la patata caliente del modelo noruego. Y tendremos que solucionarlo".

Tras rememorar la tragedia, los malos augurios se disipan sumergiéndose en la portentosa naturaleza de Noruega. Los fiordos, los bosques, el mar. Noruega es uno de los últimos territorios vírgenes de Europa, dotado de una belleza salvaje, donde el hombre ha logrado vivir en armonía con su entorno. Para el arquitecto Kjetil Thorsen, "en el diseño nórdico, la naturaleza es la fuente de inspiración". Thorsen es uno de los socios fundadores del estudio Snøhetta, al que da nombre la montaña más emblemática del país y que está en la cumbre de la arquitectura global. Kjetil proyectó la nueva Ópera de Oslo como un enorme glaciar surgiendo del fiordo. Ya es el edificio más emblemático de esa nueva Noruega que se enfrenta a retos diferentes sin perder de vista la tercera vía que le ha conducido al éxito. "Es un edificio democrático. ¿Por qué? Lo explico: hemos logrado que la cubierta de algo tan elitista como un palacio de la ópera sea pisada cada día por miles de ciudadanos. No es un edificio para los amantes de la ópera; es un edificio para todos. Ese es el modelo de país".

(30/10/11 - El País)

dimarts, 1 de novembre del 2011

El PP pedirá a los extranjeros conocer "lo que supone ser español"

Inmigración: Fin a las regularizaciones

El PP apuesta por una "inmigración legal, ordenada y vinculada al empleo" y dice que acabará "con las regularizaciones masivas". Los conservadores proponen un sistema de contrataciones basado en "un sistema de puntos que prime la cualificación y tenga en cuenta la cobertura de necesidades especiales".

Además, para adquirir la nacionalización, el PP pedirá "el conocimiento de los valores fundamentales contemplados en la Constitución" por ser "la base de nuestra sociedad". Los extranjeros también deberán demostrar un "conocimiento suficiente de la lengua, de la historia y cultura españolas". Los conservadores insisten en la creación de "fórmulas para transmitir lo que supone ser español".

El partido de Rajoy aboga por "un modelo de inmigración circular" que permita "que los extranjeros que vengan a nuestro país cuando hay empleo y vuelvan a su país cuando no lo hay, puedan acumular sus períodos de trabajo temporal a efectos de cómputo de permanencia, garantizándoles el permiso de trabajo en cada temporada".

(1/11/2011 - Público)

dilluns, 31 d’octubre del 2011


"I saw a strange thing today. Some rebels were being arrested. One of them pulled the pin on a grenade. He took himself and the captain of the command with him. Now, soldiers are paid to fight; the rebels aren't. "

"What does that tell you?"

"It means they could win."

divendres, 7 d’octubre del 2011

¿Quién privatiza a los políticos?

La defensa de lo público hace vivir la democracia. Hay, por supuesto, opiniones en contra que parecen apoyarse en ese latiguillo de la libertad individual para fomentar la riqueza; de la libertad de emprender, de crear, que se oculta bajo la oscurecida palabra de liberalismo. No se puede negar la importancia de los llamados bienes de consumo que, al parecer, la economía y los economistas administran. Pero el verdadero sustento de la sociedad, de la vida colectiva tan importante como la vida de la naturaleza, es la educación, la cultura, la ética. Ellas son las verdaderas generadoras de riqueza ideal, moral y material.

La democracia, que nació como lucha hacia la igualdad por medio de la reflexión sobre las palabras y por el establecimiento de unos ideales de justicia y verdad, no puede rendirse a las privatizaciones mentales de paradójicos libertadores. Sin embargo, apenas se insiste en el hecho de que la crisis que padecemos es una crisis que tantos competentes expertos, siguiendo el principio de la libertad y la competitividad, no han sabido evitar, ni tampoco las diversas burbujas -sobre todo las propias burbujas mentales- que inflaban y aireaban. Burbujas que, parece ser, les han permitido construir sin que nadie les pida responsabilidades por sus liberadas y productivas ganancias.

No es, sin embargo, una discusión sobre problemas económicos, cuyos entresijos y burbujeos desconocemos, a lo que voy a referirme, aunque haya siempre un principio de honradez y verdad en el que, seguro, todos nos entenderíamos. Aludiré únicamente a una de esas frases vacías que hincha las palabras de ciertas oligarquías. Desde hace años, de nuevo en estos días, como manifestación del menosprecio por la enseñanza pública y por sus profesores, se habla de la libertad de los padres para elegir el centro en el que educar a sus hijos. Esa defensa libertaria no tiene que ver con el deseo de que se practique en la educación una verdadera libertad: la libertad de entender, de pensar, de interpretar, de desfanatizar, de sentir. Libertad que, por encima de todas las sectas, debería fomentar la combatida Educación para la Ciudadanía y la identidad democrática. Una libertad que enseñase algo más que la obsesión por el dinero y por el solapado cultivo de la avaricia. A lo mejor, esa educación les obligaba a dimitir a algunos personajes de la vida pública, por vergüenza del engaño que arrastran y contaminan. Mejor dicho: haría imposible que se dieran semejantes individuos.

Ese sermoneo se funda sobre todo en el fomento de la privatización de la enseñanza que alimenta el dinero y la desigualdad. ¿Pueden gozar de esa libertad todos los padres? ¿También los de los barrios más modestos de las grandes ciudades? ¿Pueden ser libres para mandar a sus hijos a esos colegios privados? Centros que proliferan por nuestro país y que apenas pueden compararse, a pesar de sus supuestas y publicitadas excelencias, con cualquier colegio o instituto público de Francia o Alemania. Por lo visto los padres franceses o alemanes ni siquiera se han planteado esa posible libertad que, lógicamente, no necesitan. En ese mismo derrotero andan algunas universidades, que anuncian sus excelencias pregonando que "los alumnos encontrarán las profesiones que les permitirán colocarse rápidamente en la empresa". ¡Magnífico ideario para fomentar la vida universitaria, la pasión por el saber, el crear, el innovar! En el fondo, toda esa propaganda libertaria es fruto de planteamientos políticos, de dominio ideológico, de sustanciosos prejuicios clasistas, que con doble o triple moral predican libertad, cuando lo que realmente les importa, aunque quieran engañarse y engañarnos, es el dinero. Solo por medio de una ideología de la decencia, de la justicia, de la lucha por la igualdad, tan problemática siempre, puede alzarse el sistema educativo de nuestro país, de todos los países. No puedo por menos de citar un texto de Giner de los Ríos, entre muchos de los que podrían citarse del olvidado precursor: "El dogmatismo, el dominio sectario sobre los espíritus, el afán de proselitismo doctrinal, tantas otras formas de opresión y de coacción muestran cómo esa tutela se corrompe, y en vez de disponer gradualmente al hombre para su emancipación procura disponerlo para perpetuar su servidumbre".

En este punto tendríamos que preguntarnos: ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos, si la corrupción mental ha comenzado por deteriorar esas neuronas que fluyen siempre hacia la ganancia privada? No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada y, en la miserable sordidez de la propia ignorancia, esperen alguna migaja, algún botón del traje que viste el supuesto partido político que les arrastra.

Habrá, como digo, que ir estudiando las razones que mueven el comportamiento de esos padres de la patria que tienen el deber de organizar, no para su provecho y el de sus amigoides o amigantes, eso que se suele llamar, más o menos acertadamente, el bien común. Un pueblo "maravillosamente dotado para la sabiduría", como decía Machado, y al que hay que dar ejemplo para que no pierda el sentido de la justicia, de la honradez. Es importante conocer en los defensores de la libre empresa, en los apóstoles de la privatización, qué empresa, ideología, fanatismo, les ha privatizado a ellos. Porque se trata de evitar que la patología individual de esos sujetos se convierta en patología, donde se hunde la vida colectiva.

Es un deber de la sociedad investigar y descubrir las razones ocultas de las privatizaciones. Parece que la raíz de todas ellas, con independencia de determinadas claves genéticas, brota también de la educación, de los ideales que, al abrirnos al mundo del saber y la cultura, hayan acertado a enseñarnos aquellos en cuyas manos está alumbrar la inteligencia y la sensibilidad. Las opiniones que se clavan en las neuronas y que determinan la forma de actuar sobre las palabras y sobre aquello a que esas palabras nos empujan, proviene de esos reflejos condicionados que, desde la infancia, han aprisionado nuestra manera de ver e interpretar el mundo.

Podemos intuir que la degeneración intelectual de buena parte de la clase política, y de los llamados emprendedores -los que, por ejemplo, emprendieron la destrucción de nuestras costas-, procede de esos conglomerados ideológicos en los que se mezclan, con la indecencia, alguno de los males a que se ha aludido. ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?

Emilio Lledó es filósofo.

(4/10/2011 - Emilio Lledó para El País)